domingo, 31 de diciembre de 2017

El BCRA debe preanunciar una tasa de interés decreciente para los próximos meses



Cuando se habla del tema dolar vs tasas, varias personalidades salen a los medios de comunicación a decir lo mismo de siempre: "si bajan las tasas habrá corrida (y suba) del dolar"

Luego continuan con el argumento: en economía rigen las expectativas racionales, y por lo tanto si se baja la tasa se corre al dolar porque se anticipa una devaluación y la tenencia de títulos pierde rentabilidad.

En primer lugar, ello no es algo que ocurra sin que quiera el BCRA, que en estos momentos tiene fragilidad dinámica si tenemos en cuenta que el modelo no es consistente intertemporalmente, pero que de todas maneras conserva su fuerza a corto y mediano plazo para sostener el valor de la divisa en el nivel que la autoridad misma decida.

La fragilidad del argumento, se debe entonces a que la tasa de interés necesita de la variable tiempo para generar la rentabilidad, mientras que el dolar solo genera rentabilidad en pesos si compramos previo al salto en la cotización de la divisa.

Por lo tanto, y desde un punto de vista estrictamente racional, solo comprará dólares quien piense que su fluctuación futura (y no la reciente) será superior a la tasa de interés ofrecida por los títulos líquidos del banco central. Es decir, comprará quien espere una devaluación superior a la tasa de interés esperada, pues los títulos son líquidos y pueden transarse en el mercado al igual que el dolar.

Asumiendo que el BCRA incumple las metas, tal y como lo viene haciendo en unos 7 puntos por encima del techo de la meta de inflación (en estos momentos este humilde escritor cree que conoce el modelo y se considera poseedor de expectativas racionales), los agentes económicos pueden perfectamente esperar una inflación futura del digamos 22%, dado que la meta de inflación fue corrida al 15%+ 7 puntos básicos de desvío. El techo de las metas para 2017, dicho sea de paso, es similar a las expectativas de inflación que se publican en el REM en el cual opinan las consultoras mas especializadas y reconocidas del país.

Esto sin contar que el costo del desvío del BCRA es creciente a medida que incumple, y que por lo tanto cada vez le cuesta mas incumplir las metas. Por lo tanto, el BCRA formará sus expectativas pues no es miope como dice la teoría y se portará mejor a futuro.

Por otra parte, si tomamos el desvío en términos porcentuales para el primer año próximo, es decir para 2018, la desviación debería ser del 4,17%, lo que arroja una tasa de inflación esperada del 21.18%.

Finalmente, y teniendo en cuenta que en estos días y fruto (supuestamente) de la conferencia que dió el gobierno al cambiar sus metas de inflación, el dolar se ha desviado $1.5, es decir un 8%, tenemos como resultado que el salto en el dolar como consecuencia del cambio en expectativas ya está incluido en el cambio de la cotización del dolar (8%>4.17%), y por lo tanto le queda margen para seguir bajando la tasa de interés.

Una cuestión muy importante: el banco central debe necesariamente bajar drásticamente la tasa de interés para no generar una mega explosión de deuda pública y, al mismo tiempo, debe sostener en la transición el tipo de cambio fijo para dar previsibilidad de aquí a un año mínimamente.

Y aquí es donde las expectativas no juegan en contra sino a favor del gobierno: si los agentes económicos saben que las tasas de interés en pesos serán mas bajas en el futuro, y el tipo de cambio será estable o fijo, la decisión de inversión correcta es invertir hoy en tasas de interés de largo plazo para evitar perder rentabilidad una vez que las mismas hayan bajado.

Es en la tasa de devaluación esperada donde el BCRA debe ganar respeto y credibilidad para desarmar las LEBACS, anunciar tasas decrecientes para los próximos meses hasta el 21-22% en tramos no tan cortos, y esterilizar la demanda de dinero sobrante en el mercado de cambios para cumplir con las nuevas metas de inflación.

Es la forma correcta de reducir los costos financieros del Estado y jugar una carta inteligente mientras haya recursos para estabilizar la tasa de crecimiento económico y la tasa de inflación previo a las paritarias que se avecinan.