jueves, 4 de enero de 2018

Argentina puede superar las metas de crecimiento si se lo propone



En un escenario de cambio de metas de inflación, lo que se puede dedudir es un cambio en el esquema de metas para los instrumentos de política económica.

En este sentido, se podría pensar que la variable objetivo-instrumento ya no sería la tasa de interés sino el dolar y que, por lo tanto, la misma puede bajar todo lo que se pueda sin que afecte a la cotización de la divisa norteamericana.

Si los economistas ortodoxos piensan a la política fiscal y monetaria, ambas, como variables exógenas, determinables desde afuera por el gobierno, y controlables independientemente una de otra, algunos economistas heterodoxos las ven a ambas como endógenas y no controlables.

Los dos razonamientos son erróneos y la reciente conferencia económica aclara un poco esto. Mientras que el ministro Dujovne puso énfasis en la meta fiscal, el presidente del BCRA puso el acento en un relajamiento de la política monetaria ex ante de darse a conocer los datos de la inflación del mes.

Por lo tanto, esto es un indicio para pensar que desde ahora en mas lo fiscal cobrará el papel protagónico (variable exógena) y lo monetario será un instrumento acomodaticio y funcional a generar la liquidez necesaria para que hacienda pueda cumplir sus metas, con un control estricto del dolar en torno a la estimación del presupuesto 2018 en torno a los $19,3 o levemente superior, y con cierta prolijidad en torno al gasto gubernamental.

El BCRA está fuerte y el gobierno lo sabe. No es cuestión de esperar debilidades futuras sino de aprovechar las ventajas que el mundo nos brinda, realizar las reformas pertinentes y "poner todo el carbón para que el barco despegue en serio".

A saber: un Brasil mas sólido, un EEUU abierto a nuestros productos de exportación con aranceles cero en mas de 500 productos exportables y una tasa de crecimiento económico en consolidación con muy buenas perspectivas para 2018 son, en la medida de que el gobierno se lo proponga, un cóctel que no se debe desaprovechar.

Mientras, el mercado de capitales parece haber recibido bien la noticia: los valores suben a pasos firmes en un contexto de una economía norteamericana volando en expectativas de crecimiento, y un mercado local que espera una política en sintonía con el viento internacional, en el cual el líder mundial nos abre puertas y expande su demanda agregada, con una fuerte rebaja impositiva, que podría traccionar a la economía argentina si se encuentra lista para ese desafío.

Caer como en 2016 sería una verdadera catástrofe, y las posibilidades de endeudamiento presentes deben ser utilizadas para crecer al máximo. El mercado bancario acelera su dolarización a un paso del 23% anual y los depósitos apuran su paso hacia la indexación, con un 37,9% de crecimiento en los últimos 30 días. El adelantamiento del dolar no fue gratis y por ello la responsabilidad debe asomar pronto en materia cambiaria.

Devaluar sería como volver a empezar. y no devaluar pero con contracción de la economía sería tirar miles de millones en endeudamiento a la basura, sin generar riqueza ni elevar el PBI per cápita, el cual viene estancado hace tiempo.

Solo le quedan dos años a este gobierno y, seguramente, los utilizará para crecer, reordenar el frente fiscal y bajar drásticamente las tasas de interés, lo cual a su vez, le permitirá disminuir mas la brecha fiscal.

Margen de maniobra le sobra y expectativas para ganar las elecciones futuras también.