jueves, 15 de febrero de 2018

Inflación para todos y todas: lo obvio, lo no tan obvio y lo trágico



Introducción

Luego de décadas de inflación en Argentina, todavía deben aclararse conceptos sencillos que no quedan claros. Es obvio que no quedan claros dadas algunas afirmaciones que se observan a menudo.

Divido la nota tal cual el título de la misma.

Lo obvio

Suele decirse que la inflación es un problema porque al adelantarse o incrementarse muchos precios respecto de otros, no todos evolucionan en igual cuantía. Por definición, si todos los precios se multiplicaran en igual porcentaje y en la misma velocidad de tiempo, nadie saldría perjudicado ni beneficiado. Esto es lo que se conoce en matemática como función homogénea de grado cero.

De esto se desprende que "lo malo y lo bueno" es que los precios relativos cambian en distinta sintonía. El chocolate quizá se encarezca mas rápidamente que un corte de pelo, y este más rápido que un boleto de colectivo, etc.

También podríamos decir que los salarios corren por detrás de estos bienes, o que el dolar corre por delante de ambos (los bienes y los salarios), en fin, perjudicando a algunos actores económicos y beneficiando a otros intereses, transitoriamente.

Pero se induce a pensar que si todos los precios se movieran proporcionalmente a futuro, "nadie tendría incentivos a mover sus fichas" pues nadie obtendría ventajas como producto del desvío respecto al equilibrio estable".

Por ejemplo, si todo estuviese indexado (escucho voces hoy como también propuso Friedman alguna vez), no habría inflación porque nadie tendría incentivos a incrementar precios, porque de ser así todo se movería en igual sintonía, y la economía seguiría entonces la senda estable.

Es la naive interpretación del proceso inflacionario  tirado por agentes individuales, y no entendida como un fenómeno social y sistémico.

Además, el gobierno estaría atado de pies y manos con la sola opción de cuidar el valor de la moneda.

Lo no tan obvio

Dicho esto, no debemos cometer un error de apresurados al afirmar que la inflación (moderada o moderada alta) consiste en que unos se benefician a costa de otros y que "estos beneficiarios causan la inflación como actores económicos".

Si bien podría ser el caso de economías en las que sus políticos se apoderan de la caja, gastan primero a precios viejos, direccionan la demanda en su favor, entre tantos otros beneficios "prebendarios", hay que tener cuidado con algunas afirmaciones en mi opinión están bastante equivocadas.

¿En que consiste el error?

Lo trágico: un error común

El problema en pensar de la manera maniquea es que tanto unos como otros son inducidos a creer en los problemas inflacionarios como un juego de suma cero.

Y esto sí que es una verdadera tragedia.

¿Qué es un juego de suma cero?

Asumamos que existen dos jugadores en la sociedad: el A (trabajadores) y el B (empresarios).

Si existe un juego de suma cero significa que lo que pierde uno lo gana el otro. Simple. Bastaría conocer las pérdidas de uno para saber las ganancias del otro y viceversa.

Si el salario real (jugador A) cae un 10%, significa que esa fracción de riqueza se la está llevando el jugador B. Esto si que es grave.

Es que en la medida en que la inflación se piense como un juego de suma cero, ni los trabajadores tendrán incentivo a la estabilidad, ni los empresarios brindarán su apoyo político a las reformas estructurales necesarias para lograr la misma.

¿Para que realizar un sacrificio si solo basta con apropiarme de la porción del otro actor económico y así salir ileso de este problema inflacionario?

Si bien es cierto que unos pierden mas que otros, y que algunos ganan, en general la gran mayoría pierde hoy o a futuro.

Los beneficios totales de una economía caen en un proceso inflacionario, y por más que algunos salgan beneficiados (pocos), lo harán cada vez en menor medida, ya que el ingreso de la sociedad merma, el país se atrasa, las empresas se deprecian en valor en un país cuyo costo de liquidación se eleva y el riesgo sube, se destruye capital y los salarios de mediano y largo plazo se empobrecen.

Si los empresarios tuviesen esta estrategia de apropiación pequeña (o incluso grande) de corto plazo, déjenme decirles que esta estrategia es fatalmente pobre. Sería renunciar a peder todos los ingresos futuros para obtener una renta hoy sin descuento. Es sacrificar n períodos descontados a cambio de unos pocos períodos.

Las empresas no se valorizan si la economía es inflacionaria y por más que algunas empresas logren obtener algún privilegio del gobierno, ese beneficio cesará en algún momento de insolvencia, y todos esos beneficios son inferiores a la brutal destrucción de capital físico, humano, social y financiero que será permanente y caótico. Y para aquellos que piensan que las que mas impulsan este tipo de estrategias son las empresas grandes (con empresas de mayor tamaño) déjenme decirles que si ello fuera cierto, sus estrategias serían pésimas.

En un país sin mercado de capitales, la desvalorización de empresas en un entorno de baja liquidez y encarecimiento financiero, donde el costo de salida sube y el beneficio de entrada baja, las empresas pierden muchísimo. No solo el denominado "valor llave", sino también pierden posiciones estratégicas, porque la localización empresaria pierde valor, y Argentina como mercado pierde posicionamiento.

Si bien algunas empresas diversificadas a nivel global suelen salir antes en las crisis, todas pierden un poco o mucho. Y el costo es irreversible. Quizá por ello algunas empresas hayan decidido salir a cotizar para captar recursos (divisas) del exterior. Esto, viendo que la inversión no despega, torna válido pensar que es una mera estrategia defensiva: apresurar la salida antes de quedar atrapados.

Imaginen una empresa de tecnología que invierte y que sabe que en 5 años el valor llave es cero por obsolescencia. Una quiebra o insolvencia del país hoy es la irrecuperabilidad total de todo el flujo de ingresos futuros. No hay opción real de retirada ni hoy ni mañana.

¿Y el gobierno?

El gobierno como actor C también pierde pues no existe sector público sano, ni cuentas públicas equilibradas con un sector privado real y/o financiero quebrado.

De manera que con inflación, en el largo plazo y conforme el ingreso del país se estanca y/o dinámicamente se atrasa, es un costo para todos. La política económica es dinámicamente mas pobre, y el costo político es creciente. Además. teniendo en cuenta que un sector político no se renueva, los costos futuros deberán ser afrontados por estos, que recibirán un país en peores condiciones.

Conclusiones y advertencias

Terminar con esta idea maniquea de la inflación es condición necesaria aunque no suficiente para derrotarla. Si existiera algún actor de poder que se convenciera de que la inflación le posibilitara mas poder, incluso ese actor estaría equivocado. Pues existe otra política superadora capaz de mejorar a todos, sin inflación.

¿O alguien piensa que el 99% de los países están equivocados y que por ello no juegan nuestras estrategias políticas? ¿Es posible pensar que los corporativistas japoneses se perjudican al no implementar la política partidaria o sectorial de una clase dirigente argentina?

La inflación no es buena ni aún para quien maneja la caja. 

Solo en la medida en que las empresas, los gobernantes y los trabajadores demandemos mas estabilidad cumpliremos la condición mínima para iniciar un proceso virtuoso de mayor estabilidad y menor conflictividad.

Para ello, deben alinearse tanto la política monetaria, fiscal y cambiaria en una sintonía fina, con el respaldo político y social necesario para aplastar el problema que hace décadas nos sacude los bolsillos, el bienestar y la productividad a todos los actores de esta sociedad.

Esto debe ser así pues se está destruyendo el cimiento de la riqueza: la cooperación social.